Ciencia, Tecnología y Sociedad

De Filosofia de las Ciencias
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Este tema es muy amplio de modo que aquí adelantaremos algunos conceptos. Solamente quiero mencionar dos asuntos que me parecen disparadores para la reflexión. Uno de ellos es el asunto de si la sociedad recibe el impacto de la ciencia o de la tecnología (o de ambas). En general se dice que la sociedad está impregnada de conocimiento científico y que nuestra vida diaria está llena de productos provenientes de la ciencia, y finalmente las discusiones entre ecologistas y gobiernos o empresas suele abordar el problema de la política científica y qué investigaciones se llevarán a cabo o no. Cabría reflexionar sobre los niveles en que clasificamos las investigaciones para refocalizar (un término usado para resolución de conflictos al igual que reframing) sobre qué investigaciones debemos discutir y qué posición tomar. Quizás algunas de las objeciones se refieren a desarrollos tecnológicos mientras que no se plantean para la ciencia básica e incluso para la aplicada. El segundo punto que me gustaría plantearles es el tema de la opacidad de la tecnología. Miguel Ángel Quintanilla (filósofo de la ciencia español) ha planteado en los últimos años (1999) que el desarrollo de la ciencia hace que los productos tecnológicos sean cada vez más opacos, esto es que los usuarios no inmersos en la disciplina tengan menor acceso a entender cómo funcionan esos artefactos. Sus ejemplos son, por supuesto, la PC, el horno de microondas, los relojes de cuarzo, la televisión, etc. Sin embargo se podría sostener que el astrolabio (desarrollado a partir de la cosmología tolemaica) es un claro ejemplo de opacidad. Lo mismo podríamos decir del sextante, la trigonometría, las tablas rudolfinas (confeccionadas por Kepler para ubicar los astros en cada época del año), la acupuntura, el mecanismo hidráulico que abría las puertas de los templos antiguos, el espejo cóncavo, el método de integración del área bajo la parábola usado por Arquímedes, la manera de chequear si un ángulo del edificio está en escuadra usando el teorema de Pitágoras, etc. Todos estos ejemplos tienen una alta opacidad mientras que para cualquiera de los científicos del área son una cuestión muy simple de entender al igual que ocurría con los ejemplos de Quintanilla. No obstante la objeción del párrafo anterior, cabe tomar en cuenta la sugerencia de Quintanilla, en especial tratándose del problema de la educación en ciencias. Dado que cualquier ciudadano tendrá que manejarse en un mar de objetos tecnológicos (desde el cajero automático hasta el tomógrafo computado) debería tenerse en cuenta el problema de la opacidad de la tecnología y cómo hacer para que la educación mantenga la opacidad acotada para evitar que el ciudadano termine tomando decisiones por miedo e ignorancia en vez de por evaluación y toma de posición. Son claros ejemplos de esta disyuntiva las discusiones sobre comer papa irradiada o alimentos transgénicos, apoyar o no el desarrollo de reactores nucleares, implementar o no métodos de enseñanza y estimulación temprana, etc.