Perspectivas historiográficas
Como hemos visto al iniciar nuestras reflexiones sobre historia de la ciencia existen debates en torno como concebir la tarea de la investigación histórica. A continuación desarrollaremos tres perspectivas diferentes:
Perspectiva whig
Según Helge Kragh el abordaje “whig” de la historia de la ciencia es aquel que ejerce una mirada anacrónica sobre el pasado ya que estudia los acontecimientos históricos a la luz de los conocimientos que se tienen hoy en día y evalúa la evolución posterior de los mismos con el objetivo de analizar su influencia en el cuerpo actual de teorías. Herbert Butterfield (1900-1979), quien extrapoló este término (“whig”) del campo de la política al ámbito de la historiografía de la ciencia, afirma que una historia whig es «el estudio del pasado teniendo un ojo puesto, por así decir, en el presente», y por ello llega a afirmar que es una «escritura ahistórica de la historia».
Según Caruso la concepción whig de la historia podría caracterizarse de la siguiente manera:
a) El estudio del pasado se realiza en permanente referencia al presente. b) Los personajes históricos son clasificados fácilmente en hombres que fomentaron el progreso y en hombres que intentaron impedirlo. c) El historiador cree que su función principal consiste en destacar las semanajanzas entre pasado y presente en lugar de ser vigilante de las diferencias. Encontrará fácil decir que ha encontrados las “raíces”, la “anticipación”, del siglo XX cuando en realidad está en un mundo de connotaciones enteramente diferentes si se las considera en conjunto y , sencillamente ha caído en una analogía apresurada. d) El historiador whig puede tender líneas entre ciertos eventos que interpreta como una línea de causación.
Desde este marco historiográfico la intención subyacente es la de reconstruir el camino que nos lleva desde el conocimiento del pasado hasta el conocimiento actual. Un historiador whig se pregunta cómo hemos llegado a tener las teorías que tenemos hoy en día y para responder mira en la historia de la ciencia y busca en ella líneas de continuidad. Aunque la noción de “anacronismo” suele tener una connotación despectiva, los historiadores de la ciencia que sostienen esta postura consideran necesario que el historiador situado en el presente use sus conocimientos actuales para ordenar y dar sentido a las teorías de sus predecesores. Pero, más allá de sus partidarios, la comunidad de historiadores de la ciencia hoy consideran que una perspectiva puramente whig no es buena y debe ser evitada.
Perspectiva anti-whig
El enfoque anti-whig se opone a la perspectiva anterior, propone en su lugar un ideal diacrónico que aborde los acontecimientos del pasado en términos del contexto (creencias,rupturas, teorías, métodos) atendiendo al desarrollo histórico de la época considerada. La historiografía anti-whig no interpreta el pasado a la luz del conocimiento presente y permite evaluar tanto los logros y los fracasos sólo en relación con el contexto de la época en que tales acontecimientos sucedieron, generando así un relato histórico muy diferente. Esta perspectiva dio origen a muchos estudios en el campo de la historia de la ciencia promoviendo la objetividad y el análisis de factores que no eran tenidos en cuenta, sin embargo no está exenta de inconvenientes, el principal es que por más que lo intentemos no podemos escapar de los sesgos de nuestro propio contexto, accedemos a una mirada histórica desde nuestros propios valores que son imposibles de eliminar, es por ello que muchos críticos sostienen que un enfoque estrictamente diacrónico es una utopía. Otra crítica a este enfoque es que se corre el riesgo de que para acceder a determinado suceso de la historia científica se deba tener amplios conocimientos de todo el contexto esto haría que el conocimiento se torne inaccesible a las personas salvo para los especialistas.
Perspectiva anti-anti-whig
La histografía actual reconoce que no podemos internarnos en el pasado dejando de lado nuestros valores y contextos, es por ello que no ve como excluyentes las perspectivas anteriores, sin embargo reconoce que hay que partir de una mirada crítica para no caer en los excesos de una visión ahistórica y lineal (whig) ni tampoco aspirar a un ideal utópico afirmando que se puede dejar de lado todo el bagaje de nuestro tiempo (anti-whig). La idea, como señalan Boido y Lombardi es que el historiador sea capaz de determinar la naturaleza de su problema de estudio, respetar las ventajas y reconocer las limitaciones de ambos enfoques. La perspectiva anti-anti-whig fue propuesta en 1975 por el sociólogo de la ciencia Robert Merton aspira a lograr un equilibro entre ambas posturas, coincide con los historiadores anti-whig en que la historia debe estudiarse directamente yendo a los documentos de la época pero eso no debe suponer un desconocimiento de la ciencia actual, el conocimiento del presente es crucial tanto para acceder al pasado como para comunicar ese pasado a los lectores de su propio tiempo. Respecto a la postura whig la opinión de varios historiadores de la ciencia es que se abusó de la etiqueta y que si bien la perspectiva estrictamente whig es correctamente criticada como una narración ficticia de "héroes y villanos" , asociada al criterio de autoridad y a una narración ahistórica no por ello debe criticarse toda relación con precursores del pasado, además permite el trabajo de divulgación científica lo importante es no caer en los excesos y reconocer que todo conocimiento científico está socio-históricamente situado.