La retrogradación de los planetas

De Filosofia de las Ciencias
Ir a la navegación Ir a la búsqueda

De acuerdo con el geocentrismo, las estrellas fijas (las que formaban constelaciones) giraban en torno a la Tierra que estaba ubicada en el centro del universo. La esfera de estas estrellas fijas arrastraba al resto de las esferas concéntricas interiores. En cada una de estas esferas estaba "empotrado" uno de los planetas (según esta cosmovisión: la Luna, el Sol, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno). Dado que cada esfera era arrastrada por las esferas exteriores en un movimiento eterno de velocidad angular constante, no podía haber cambios en esos movimientos. Según este modelo defendido por Aristóteles, entre otros, los astros errantes (planetas) debían moverse de este a oeste como el resto de las estrellas, pero no al mismo ritmo. Así, cada planeta se vería noche a noche un poco más atrasado respecto de las constelaciones de fondo. Si utilizáramos la constelación de Orión (donde se encuentran Las Tres Marías) para registrar el movimiento de los planetas, podríamos tomar nota de en qué lugar del cielo se encuentra el planeta Marte, por ejemplo, en cada noche del mes y del año. A medida que pasan las noches, observando siempre a la misma hora (por ejemplo cuando las Tres Marías se encuentran justo encima del Partenón) encontraríamos que el planeta se ubica en las posiciones 1, 2, 3, ... sucesivamente.

Retro-1.jpg


Sin embargo se conocía el problema de la retrogradación de los planetas. fdjalfja


Retro-2.jpg

fdjalfja


Retro-3.jpg

fdjalfja