Diferencia entre revisiones de «La fotografía forense»

De Filosofia de las Ciencias
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Escritos de Alphonse Bertillón (nomína incompleta):
Escritos de Alphonse Bertillón (nómína incompleta):
L'anthropométrie judiciare à Paris. 1889. La antropometría judicial en París.
L'anthropométrie judiciare à Paris. 1889. La antropometría judicial en París.
La photographie judiciaire. 1890, La fotografía judicial.
La photographie judiciaire. 1890, La fotografía judicial.

Revisión del 23:14 5 mar 2012

ANTROPOMETRIA Y FOTOGRAFÍA, UN CASO DE CIENCIA Y TÉCNICA EN LOS ALREDEDORES DEL 1900


INTRODUCCION

La represión y sanción al delito, es decir, el castigo a las personas que cometieron una conducta prohibida expresada en mandatos y prohibiciones religiosas, contenida en una tradición cultural o, más modernamente, forme parte de un Código Penal en la forma de Ley, tiene en la historia humana un largo proceso de transformación. No obstante, ese proceso no ha tenido una dirección lineal, motivo por el cual en la actualidad no todas las culturas y tradiciones sociales consideran los mismos delitos ni iguales formas de castigo.

Nos ocuparemos de un fragmento de esta historia: la identificación de los individuos sancionados penalmente y el uso de la fotografía como elemento para la investigación de los crímenes. Hablaremos de ciencia y técnica y en su desarrollo agregaremos otras consideraciones, algunas filosóficas.

Comenzamos en Francia y en el siglo XIX.

Antecedentes

Una Ley francesa de 31 de agosto 1832 abolió la marca sobre la piel de los reos (persona condenada judicialmente) con un hierro caliente, práctica que era usual para asegurar la identificación de los delincuentes. Favorecieron la abolición consideraciones humanitarias y filosóficas conjuntamente con la certeza de la falibilidad del método, pues las cicatrices podían ser eliminadas con algún tipo de cirugía.

En esa época en Francia, y, en general en occidente, las leyes punitorias, sancionatorias, se inspiraban en el principio de la división de los delincuentes en dos categorías: en primer lugar, los delincuentes primarios (primer delito que bien podría ser el único) y, por otro lado, los reincidentes. Para el primero, el régimen penal tenía como objetivo la “curación” para estimular en el reo el deseo de reinsertarse socialmente y merecer, entonces, la aplicación de medidas indulgentes. Por el contrario, contra los reincidentes, el criterio era agravar las sanciones puesto que en la reiteración manifiestaban una “perversidad irreductible”.

Identificación de los reincidentes

La identificación se convertía en condición básica de la represión y el proceso judicial, ya que permitía decidir si un detenido era un reincidente o no. Poco antes 1870 se empleaba la fotografía como sistema identificatorio. El sistema tenía dos defectos fundamentales: el primero consistía en que la foto podía ser inadecuada dado el cambio de facciones por el paso del tiempo y por las muecas que ponían los delincuentes al ser fotografiados y el segundo porque era un recurso no sistematizado, es decir las fotografías podían tener distintas perspectivas, condiciones de luminosidad y tamaños. Resulta interesante indicar que hasta ese momento las fotos eran tomadas por retratistas particulares según el modo o preferencia de cada uno. Además el archivo fotográfico carecía de un sistema de ordenamiento y clasificación. Y si tenía un orden alfabético resultaban de poca ayuda: ¿cómo comparar cada una de las más de 60.000 fotografías que en 1870 constituían el archivo de la Policía de París con las decenas de personas detenidas cada día?

ALPHONSE BERTILLON, CIENCIA Y TÉCNICA PARA UN NUEVO MÉTODO

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Alphonse Bertillón nació en París en 1853. Su abuelo, Achille Guillard, era un apasionado por las estadísticas humanas e inventó el concepto “demografía”. Estudió medicina, en forma no académica, con su padre, Louis Adolphe Bertillón, médico y antropólogo.

En 1880 diseñó un método de identificación y clasificación de registros de criminales que prontamente mostró sus éxitos, motivo por el cual en 1982 fue nombrado jefe de la oficina de identificación de la Prefectura de París. El método se extendió por Europa y América en la década de 1890 y comenzó a ser llamado bertillonnage, "bertillonaje".

Método para la identificación de los detenidos

El nuevo sistema identificatorio se basaba en que los huesos de las personas adultas no cambian, y que son diferentes en cada individuo. Se comenzó realizando cinco mediciones: longitud de la cabeza, anchura de la cabeza, longitud del dedo medio de la mano izquierda, longitud del pie izquierdo y longitud del antebrazo izquierdo.

Bertillón tomando una medida.

En la ilustración se ilustran las mediciones indicadas junto con otras que fueron agregadas luego. Las graficadas son las siguientes: 1 altura; 2 ancho; 3 cabeza más tórax y caderas; 4 largo de la cabeza; 5 ancho de la cabeza; 6 longitud de la oreja; 7 longitud del pie; 8 dedo medio de la mano izquierda y 9 longitud del codo al extremo de la mano. Las estipulaciones técnicas eran precisas. Las mediciones de la cabeza, por ejemplo, se realizaban con un compás, para la longitud se tomaba la medida desde la frente, entre las cejas, al punto más saliente de la nuca, la anchura se media de un parietal a otro; la del dedo, con un calibre, situándose éste en ángulo recto con el resto de la mano, y así sucesivamente el resto de las mediciones sobre la base de normas establecidas. Para cada clase de medición se estipulaba tres categorías: larga, media o corta (o ancha, media y delgada, etc..). La distribución de las medidas en las categorías era el resultado del uso de la inducción estadística {*******} y el análisis con el empleo de la forma de la Campana de Gauss. Para el caso de la altura, como para cualquier otro, se tomaron medidas en varios centenares de individuos. Bertillón expone el resultado en su libro “La couleur de L’iris”:

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“Estas categorías generales (larga, media o corta), ….., cumplen, al igual que en el resto de las mediciones, el mismo papel en la distribución de las alturas. Supongamos las distribuciones de la altura humana en tres grupos, dependiendo del talle de cada uno: hasta 1,59 m categoría de las alturas pequeñas; desde 1,60 m hasta 1,69 m categoría de alturas medias; desde 1,70 m categoría de las alturas grandes”. “La altura de un individuo que pertenece a la serie de alturas grandes y que mide 1,704 m podría expresarse mediante la fórmula combinada: altura grande en el límite promedio. Otro tamaño de 1,691 m, ubicada en la separación de dos categorías, podría describirse como sigue: talle medio en el límite del talle grande. La combinación de las categorías viene a significar que la antropometría permite pasar alternativamente de una categoría a otra”. [******* definiciones estipulativas, problema de precisión] Combinando las cinco mediciones se obtenían 243 clases de personas. Luego, el informe se archivaba adecuadamente. Si bien estas cinco medidas bastaban para obtener una identificación exitosa al poco tiempo se agregaron otras tal como en la ilustración superior se observa. Se tomaban además dos fotografías de un modo uniforme bajo reglas precisas: dos fotografías, una de frente y otra de perfil; ambas a la misma distancia, con la cabeza en la misma posición y sin cambiar la luz. El resultado final del “bertillonaje” fue una tarjeta identificatoria con los datos antropométricos y las dos fotografías. Esta ficha técnica comenzó a ser conocidas como “el retrato que habla”. Aquí la mostramos. Es la de Alphonse Bertillón. Berti-4.png

Un procedimiento eficaz

El “retrato que habla” ¿resuelve el problema de identificar reincidentes? No, al menos de forma rápida y eficaz. Suponiendo que el archivo constara de 90.000 tarjetas, la tarea identificatoria consistirá en buscar la individualidad en la totalidad de registros. Como esto depende del azar {****] la tarea resultaba generalmente lenta. Se calculaba en la Prefectura de París que cada detenido tardaba en ser identificado unos 20 días promedio y el costo de mantenerlo detenido era de 5 francos por día. Como los ingresados para ser identificados eran unas 100 personas por día, el costo económico era altísimo. Hagamos la cuenta, …. no, mejor la dejamos para otro día.

Bertillón encontró la solución a este problema tecnológico. Los “retratos que hablan”, es decir la ficha completa, se archivaban según un orden numérico en un sector adecuado a su búsqueda y al incremento progresivo. Simultáneamente se creaban numerosos archivos para cada clase de medida subdivididos en sus tres magnitudes o tipos, no obstante cada “fichita” conservaba su referencia a la ficha completa. La operación era notablemente más rápida y eficaz. Veamos un ejemplo considerando que la búsqueda comienza con la altura de los individuos. ¿El detenido es alto, mediano o bajo? Ese dato nos guía para buscar en 30.000 archivos descartando 60.000. ¿El detenido es de tórax ancho, medio o delgado? Ya quedan 10.000. ¿El color de pelo es oscuro, castaño o claro? … y asi sucesivamente. La cantidad de registros, al fin, se reduce a unos pocos registros. Cabe esperar, entonces, el éxito en la identificación de un reincidente (recordemos que su ficha ya se había confeccionado en ocasión de su primer delito).

Abajo se ve una foto de los archivos y los agentes procediendo a la búsqueda. ¡Se parece a una computadora antigua! dijo un chico cuando le mostramos la foto. No estabamos de acuerdo con ningún parecido. Y le explicamos que las computadoras operan binariamente con respuestas positivas o negativas. En cambio la operación del archivo requiere seleccionar una de tres opciones en el comienzo de una selección que siempre sera trinitaria. Por eso decimos que .... ¡Caramba si se parece a una computadora! {***** cambio tecnológico}

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La escena del crimen

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Bertillón también diseñó un sistema fotográfico –la fotografía geométrica- para retratar la escena del crimen pues el elemento fotográfico era (y es) particularmente valioso para establecer el estado de cosas y encontrar indicios que ayuden a la investigación. La finalidad de la fotografía geométrica es la misma que la empleada para la identificación de reincidentes: buscar evidencia "científica" de la culpa (o inocencia) a partir de vestigios para la investigación de un crimen o delito y encontrar el autor. Nuevamente las indicaciones del método de Bertillón eran muy precisas: las fotografías de la escena del crimen debían hacerse antes de que se produjese cualquier tipo de alteración e intervención, las fotografías debían tomarse desde unas perspectivas determinadas únicas y comunes y según condiciones de luminosidad y condiciones técnicas especificas (óptica y tamaño del fotograma, etc.) y, por último, que la imagen debía colocarse dentro de un marco con medidas métricas impresas (testigo métrico) para facilitar la identificación del tamaño y posición de las víctimas, demás elementos que componen la escena del crimen y sus distancias respectivas. Sus instrucciones en la actualidad se siguen respetando. Las figuras ilustran el sistema. Sin Bertillón tal vez no hubiera existido la serie CSI.

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PENSANDO EN EL MÉTODO DE BERTILLÓN DESDE LA ACTUALIDAD

La fotografía forense: obtención de datos sistematizados

Las reglas técnicas del sistema de Bertillón se proponían eliminar la fragilidad y la relatividad del testimonio humano mediante la normalización absoluta de las mediciones y fotografías. Estas determinaciones tenían el fin de reemplazar “el artista fotográfico” por un técnico policial especialmente entrenado. Por otra parte los aparatos fotográficos estaban especialmente construidos para “estandarizar” y simplificar las tomas de acuerdo a las reglas. {***** registro empírico, precisión]

Expresado en lenguaje más filosófico (aunque tal vez sea el lenguaje de la época) la idea era eliminar todo vestigio de subjetividad humana considerando las fotos así tomadas como elemento objetivo. En esa condición se las consideraba como fuente confiable, como prueba y evidencia de las pistas que conduzcan a la verdad.

Las fotografías métricas de la escena del crimen, efectuadas según las reglas y con el uso de instrumentos normalizado, resultaban técnicamente un acto que cumple el punto de vista científico. Si las fotos son materiales con cualidades visuales y documentales, lo son en tanto sean obtenidas por expertos y observadas por ojos entrenados, capaz de examinarlas. Y decimos, además, que cumplían y cumplen con los criterios científicos por que se utilizaban instrumentos a fin de garantizar la uniformidad en el modo en que se obtienen y analizan los datos. {******carga teorica de la observación mediante el uso de instrumentos}


¿Son suficiente los datos?

Las fotos de la escena del crimen, ya lo sabemos, no muestran al criminal. ¿Entonces de qué manera las fotos –los datos- cumplen “el punto de vista científico”? Falta incorporar a la lectura de los datos otros elementos no observables que den apoyo a la formulación de una conjetura o hipótesis; elementos que articulados dan comienzo a una teoría. {******, conjetura, hipótesis, teoría}. En el caso de la ciencia forense se trata de dar sentido a los datos obtenidos mediante la fotografía métrica con una conjetura apropiada sobre la motivación y el autor del crimen.


REPERCUSIONES SOCIALES, CULTURALES E INDIVIDUALES DEL “BERTILLONAJE”

                • [internalismo vs. Externalismo]

Los efectos del nuevo método ideado por Bertillón influyeron de forma significativa en la percepción social e individual. Algunos subsisten como problemas o tensiones irresueltas, otros se han incorporado a nuestra cultura sin conflicto.

Repercusiones sociales y culturales

La difusión del “bertillonaje” cuestionó una tradición bien instalada: las fotografías se tomaban de las personas como signo de su fortuna o notoriedad y, por su alto costo, resultan una indicación de su jerarquía o se la empleaba con finalidades informativas, por ejemplo fotografías de comunidades indígenas. Con el nuevo método la foto pasaba a ser un medio de individuación cuyo contenido era la corporalidad de la persona omitiendo y eliminando cualquier otra distinción. La institución estatal necesitaba nuestra individualidad pero limitada a los caracteres fisonómicos. Se produjo un conflicto entre la fotografía de retrato como signo de la respetabilidad y su función administrativa, como un medio para registrar, identificar y detectar. Otra problemática era de carácter judicial: el fichaje aplicada a un delincuente primario. Si este fuera acusado nuevamente ¿no podría condicionar a los tribunales de modo que el acusado sea condenado sin el peso de otras consideraciones?

La fotografía de la escena del crimen comenzo a ser difundida en los periódicos. Esto provoco otro impacto social. Hasta esa época los periódicos ilustraban con dibujos las noticias de crímenes, pero la publicación de una foto de los muertos no es un dibujo. Un dibujo, apenas parecido a nuestro cuerpo real, permitía al lector alejarse del hecho criminal considerandolo distante. Algo muy distinto era ver las fotos de los cuerpos asesinados: la semejanza con el lector era inevitable. La muerte por asesinato dejó de ser una cuestión lejana y paso a ser un asunto muy próximo. Actualmente esas imágenes se ofrecen, para muchos en forma excesiva, cotidiana y repetidamente en los distintos medios. ¿Cómo nos afectan todavía?

Afectaciones al pudor y la intimidad

Uno de los primeros efectos que resultaron conflictivos y motivo de críticas, al menos para una parte de la sociedad, fue la oposición entre la privacidad de las personas y el sistema que las manipula para medirlas. Bertillón respondió así a sus críticos: "Tenemos que examinar la cuestión de hasta qué punto la sociedad tiene el derecho de medir [y fotografiar] a una persona a pesar de sí misma”. La cuestión sigue siendo actualmente problemática porque parece inevitable un conflicto entre la necesidad de los estados de reunir información sobre la personas en carácter preventivo por un lado y, por otra parte, el derecho a la intimidad y privacidad de las mismas. En la actualidad otras técnicas de identificación continúan esta misma problemática, planteando interrogantes sobre consecuencias del desarrollo de tecnologías sobre si alteran o no los límites entre individualidad e intimidad y publicidad e información. La ilustración nos muestra una aplicación tecnológica moderna. Berti-8.png

Los controles de acceso a dependencias públicas o privadas tienen, en muchos casos, incorporados sistemas como este. Y asumimos sin conflicto la necesidad de mostrar una credencial magnética con nuestra foto o apoyar los dedos en un sensor. Pero los modos de identificación y control se han intensificado desde los comienzos de nuestro siglo por los atentados realizados en Nueva York mediante el uso de aviones el 11 de septiembre de 2001. Estos recientes controles junto al desarrollo de las tecnologías para aplicarlos muestran que el conflicto entre privacidad y seguridad se ha incrementado.

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Aún cuando no todos los vuelos lo requieren, viajar a ciertos lugares del mundo exige despojarse, sólo para mencionar lo que uno lleva puesto, de los relojes, el cinturón, zapatos, anillos, cadenas, monedas, etc. Y por fin ser registrados en unos nuevos aparatos llamados “body scanners”, con el fin de evitar que el pasajero esconda algo peligroso, estos aparatos permiten que la policía vea al pasajero o pasajera completamente desnudos. Al costado vemos las imágenes.  

FINAL

El sistema de Bertillón continúa parcialmente vigente. La foto identificatoria ha sido complementada con el registro de la huella dactilar que resultó más simple y eficiente que las mediciones antropométricas. Efectivamente: la huella dactilar es un registro imposible de falsificar y la coincidencia con la de otra persona es matemáticamente imposible. Mientras que muchos rasgos de la cara y el cuerpo se modifican durante la existencia, la conformación de las líneas dactilares aparece antes del nacimiento y son resistentes a la mayoría de los accidentes que llegan a la piel.

En el siglo XIX aconteció una transformación decisiva en el concepto de identidad y muchos estudiosos lo atribuyen al “bertillonaje”: la identidad ya no era una atribución social de la persona y su valoración por los demás, sino que se transformó en una función de los datos biológicos significativos para el uso institucional de los estados.

Las transformaciones en la forma de identificarnos e identificar a los demás se desarrollan y modifican en forma acelerada al ritmo del veloz desarrollo de la ciencia y técnica aplicada en la informática. No faltan quienes piensan que sus rumbos y consecuencias todavía no podemos evaluar, que nos resultan imprevisibles.

El caso de Facebook es emblemático. Se señalan aspectos positivos y negativos de las redes sociales en general. Uno de las consecuencias que consideramos negativa es que una vez que tu cara ha sido rotulada en una foto de facebook, el software podrá encontrarte en otras fotos, incluso fuera de facebook. Cada vez que aparezcas en una foto, el software propondrá tu nombre, aun en las fotos en las que no sabías que estabas, como por ejemplo en las que toman las cámaras de seguridad de las esquinas, las estaciones, los transportes y los comercios. ¿De qué modo influyen en nuestra vida estos medios de relación con los otros en tanto se expresan como información digital en línea? ¿Acaso será Mark Zuckerberg un nuevo Bertillón y todos estamos creando nuestras propios “retratos que hablan” –las tarjetas de Bertillón- en la forma de portales o líneas twit? Los caminos del reconocimiento y la identidad merecen ser pensados.


BIBLIOGRAFIA

"Alphonse Bertillon and The Identification Of Persons, 1880 - 1914" http://projetbertillon.com/accueil/presentation.php (en francés) http://www.projetbertillon.com/bertillon/classic_uk/main.html (en inglés) Trabajo academico colectivo promovido por instituciones estatales francesas. A nuestro entender la mayor fuente de referencia.

"Alphonse Bertillon et l’anthropométrie judiciaire. L’identification au coeur de l’ordre républicain" Martine KALUSZYNSKI http://hal.inria.fr/docs/00/63/45/42/PDF/Bertillon_et_l_A.judiciaire._l_identification_au_coeur_de_l_ordre_rA_publicain.pdf

"Identification of criminals. The scientific method in use in France". Ida M. Atarbell http://chnm.gmu.edu/courses/magic/plot/bertillon.html Escribió Ethnographie moderne, les Races Sauvages (1883, Etnografía moderna, las razas salvajes);

"Une cartographie du crime: les images d’Alphonse Bertillon". Teresa Castro http://criminocorpus.revues.org/354


Escritos de Alphonse Bertillón (nómína incompleta): L'anthropométrie judiciare à Paris. 1889. La antropometría judicial en París. La photographie judiciaire. 1890, La fotografía judicial. Identification anthropométrique. 1893. Identificación antropométrica L'anthropologie métrique. 1909. La antropología métrica. Su obra principal y esta disponible en PDF en http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k5854795f/f8.image.r=.langFR


Bibliografia completa de Alphonse Bertillón en http://www.criminocorpus.cnrs.fr/bertillon/classic/bbibliographie.html