Diferencia entre revisiones de «Historia de la ciencia»

De Filosofia de las Ciencias
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La propia palabra “historia” esconde dentro de sí dos sentidos diferenciados que no debemos confundir. A veces, decimos “historia” (H1) para hacer referencia a los hechos del pasado, por ejemplo al decir “A lo largo de la historia argentina se sucedieron numerosas crisis sociales”. Pero en otras ocasiones hacemos referencia a la “historia” (H2) entendiéndola como conocimiento sobre aquellos hechos del pasado, por ejemplo al decir “La historia argentina se debate entre posturas liberales y revisionistas”. Esta diferencia de nivel nos abre la puerta a una problemática aun mayor, ¿Cómo pasar de los “hechos del pasado” al “conocimiento sobre los hechos históricos”? Parece simple pero allí es necesario detenernos y reflexionar epistemológicamente.  
La propia palabra “historia” esconde dentro de sí dos sentidos diferenciados que no debemos confundir. A veces, decimos “historia” (H1) para hacer referencia a los hechos del pasado, por ejemplo al decir “A lo largo de la historia argentina se sucedieron numerosas crisis sociales”. Pero en otras ocasiones hacemos referencia a la “historia” (H2) entendiéndola como conocimiento sobre aquellos hechos del pasado, por ejemplo al decir “La historia argentina se debate entre posturas liberales y revisionistas”. Esta diferencia de nivel nos abre la puerta a una problemática aun mayor, ¿Cómo pasar de los “hechos del pasado” al “conocimiento sobre los hechos históricos”? Parece simple pero allí es necesario detenernos y reflexionar epistemológicamente.  


Los “datos históricos” no se extraen simplemente del pasado, son el producto de un proceso de selección y apreciación en donde interviene activamente la perspectiva teórica del investigador. Para ejemplificar esta incidencia Arthur Danto nos propone pensar el siguiente caso: ¿qué lugar ocuparían para un historiador del siglo XIII los postulados de Aristarco (s.III a.C.)? Seguramente Aristarco en el siglo XIII no era famoso por ser un “antecesor del helicentrismo”. ¿Por qué? Sencillamente porque aquello que la historia de la ciencia llama [[la contribucion de Kepler|heliocentrismo]] se inicia y afianza a partir de la obra de Copérnico en siglo XVI.
Los “datos históricos” no se extraen simplemente del pasado, son el producto de un proceso de selección y apreciación en donde interviene activamente la perspectiva teórica del investigador. Para ejemplificar esta incidencia Arthur Danto nos propone pensar el siguiente caso: ¿qué lugar ocuparían para un historiador del siglo XIII los postulados de Aristarco (s.III a.C.)? Seguramente Aristarco en el siglo XIII no era famoso por ser un “antecesor del helicentrismo”. ¿Por qué? Sencillamente porque aquello que la historia de la ciencia llama [[heliocentrismo]] se inicia y afianza a partir de la obra de Copérnico en siglo XVI.


También resulta interesante pensar para qué se investiga la historia de la ciencia. ¿Con qué objetivo? ¿Puede el conocimiento del pasado ser un fin en sí mismo o bien el objetivo es desarrollar un conocimiento instrumental que ayude a la comprensión de la ciencia actual?  Algunos, como Pierre Duhem, afirman que la historia de la ciencia tiene el enorme potencial de mostrarnos la naturaleza efectiva del conocimiento científico y combatir simplificaciones dogmáticas en torno a lo que la ciencia supuestamente es.  
También resulta interesante pensar para qué se investiga la historia de la ciencia. ¿Con qué objetivo? ¿Puede el conocimiento del pasado ser un fin en sí mismo o bien el objetivo es desarrollar un conocimiento instrumental que ayude a la comprensión de la ciencia actual?  Algunos, como Pierre Duhem, afirman que la historia de la ciencia tiene el enorme potencial de mostrarnos la naturaleza efectiva del conocimiento científico y combatir simplificaciones dogmáticas en torno a lo que la ciencia supuestamente es.  

Revisión del 00:19 12 abr 2012

Debates historiográficos: Introducción

Todos los días, cotidianamente hacemos referencia a la historia, a nuestras historias personales o familiares, a la historia de las naciones, etc. y generalmente todos entendemos a qué nos referimos cuando usamos el término “historia”. Sin embargo, cuando analizamos más detenidamente la cuestión aparece un conjunto de problemáticas teóricas que abordaremos en esta sección.

La propia palabra “historia” esconde dentro de sí dos sentidos diferenciados que no debemos confundir. A veces, decimos “historia” (H1) para hacer referencia a los hechos del pasado, por ejemplo al decir “A lo largo de la historia argentina se sucedieron numerosas crisis sociales”. Pero en otras ocasiones hacemos referencia a la “historia” (H2) entendiéndola como conocimiento sobre aquellos hechos del pasado, por ejemplo al decir “La historia argentina se debate entre posturas liberales y revisionistas”. Esta diferencia de nivel nos abre la puerta a una problemática aun mayor, ¿Cómo pasar de los “hechos del pasado” al “conocimiento sobre los hechos históricos”? Parece simple pero allí es necesario detenernos y reflexionar epistemológicamente.

Los “datos históricos” no se extraen simplemente del pasado, son el producto de un proceso de selección y apreciación en donde interviene activamente la perspectiva teórica del investigador. Para ejemplificar esta incidencia Arthur Danto nos propone pensar el siguiente caso: ¿qué lugar ocuparían para un historiador del siglo XIII los postulados de Aristarco (s.III a.C.)? Seguramente Aristarco en el siglo XIII no era famoso por ser un “antecesor del helicentrismo”. ¿Por qué? Sencillamente porque aquello que la historia de la ciencia llama heliocentrismo se inicia y afianza a partir de la obra de Copérnico en siglo XVI.

También resulta interesante pensar para qué se investiga la historia de la ciencia. ¿Con qué objetivo? ¿Puede el conocimiento del pasado ser un fin en sí mismo o bien el objetivo es desarrollar un conocimiento instrumental que ayude a la comprensión de la ciencia actual? Algunos, como Pierre Duhem, afirman que la historia de la ciencia tiene el enorme potencial de mostrarnos la naturaleza efectiva del conocimiento científico y combatir simplificaciones dogmáticas en torno a lo que la ciencia supuestamente es.

Como hemos visto, lejos de ser algo simple, la cuestión de cómo construir la historia de la ciencia es algo problemático que amerita desarrollar ciertos debates historiográficos y filosóficos. A continuación nos vamos a detener en una discusión específica ¿Es correcto que la mirada presente del historiador influya sobre su forma de concebir el pasado? ¿Sería posible evitarlo? ¿Será cuestión de matices, acentos y articulaciones? Para transitar respuestas desarrollaremos tres posturas historiográficas diferentes en relación a esta cuestión:

La historiografía whig (anacrónica) La historiografía anti-whig (diacrónica) La historiografía anti-anti-whig (combinación)



Teorías rivales. Posición internalista y externalista respecto al desarrollo de la ciencia. Comunidad científica II. La idea del experimento crucial y sus críticas. Contexto histórico en la construcción del conocimiento. Perspectivas historiográficas: whig, antiwhig, anti-antiwhig, presentismo, anacronismo, diacronismo, contextualismo. Repercusión que cada perspectiva tiene sobre la noción de progreso científico. Desarrollo de instrumentos. Relativa autonomía del cambio tecnológico sobre la base de la noción de precisión.